sábado, 4 de agosto de 2018

La inmigración nunca será la solución.

Fuente: Wikipedia.
Debido al reciente cierre de las vías migratorias que afectaban a otros países, la inmigración vuelve a ser tema de preocupación en España, las mafias que operan en África vuelven a poner su punto de mira en nuestro país y esta vez más organizadas que nunca.

Aprovechándose de conflictos pasados y el éxodo de refugiados de guerra, muchas de estas mafias han aprovechado el momento y están operando a todo rendimiento con el tráfico de personas. Mientras tanto Europa vuelve a improvisar y actuar según la marcha de los acontecimientos, como si la presión migratoria fuese algo novedoso y con fecha de caducidad. Una Europa dividida, donde cada país elige que hacer, sin importar lo más mínimo lo que esto produzca para el resto de estados miembros. Millones y millones de euros invertidos en poner parches a una situación que nunca acabará sino se pone fin al origen del problema.

Una Europa que se enorgullece de sus valores, pero que no ha sido capaz de prever y actuar para controlar un problema de muchos años atrás. Parece mentira que en pleno año 2018 sigamos con el discurso buenista de papeles para todos y sin fronteras o el extremista de papeles para nadie y levantamiento de muros, discursos que nunca pretenden indagar en el origen de todo esto. 

Lo cierto es que nadie a nivel global habla de lo que está pasando realmente. Por un lado tenemos un mundo desarrollado con una tasa de natalidad ya controlada, pero con un consumismo desaforado. Por otra parte tenemos al mundo subdesarrollado con un tasa de natalidad descontrolada intentando sobrevivir.

Este choque entre los dos mundos no es más que la consecuencia directa de un único problema, el mundo tiene recursos finitos y el equilibrio se rompió hace mucho tiempo. Es físicamente imposible que los 7 mil 500 millones de personas que vivimos actualmente en la Tierra, puedan vivir como lo hacemos cualquier habitante de los países desarrollados.

Hay proyecciones que hablan de que dentro de unas décadas, seremos el doble de población mundial y que necesitaríamos 3 Tierras para poder sobrevivir. Somos una verdadera plaga que como cualquier otra especie, la naturaleza la autorregulará tarde o temprano. La diferencia es que como seres racionales, tenemos la oportunidad de autoregularnos nosotros mismos y de hacer nuestra existencia algo sostenible.

Todo lo que no sea invertir en estos países subdesarrollados donde realmente está el foco del problema, no serán más que parches de corto recorrido.

Cuando hablamos de invertir, no hablamos de pagar por expoliar sus recursos, sino de invertir en su educación que es el pilar principal de cualquier sociedad, invertir hasta que todos estos países sean autosuficientes y estén adaptados a los recursos que ofrece su entorno para que nadie tenga que huir para sobrevivir. Hasta que el mundo no entienda esto nuestro futuro seguirá siendo insostenible, por mucho que nuestra mente cortoplacista piense lo contrario.