viernes, 21 de octubre de 2011

Meteorología extrema y moralidad.‏ (Carta AME)


Lo primero de todo es mandar un saludo a todos los miembros de la AME y en especial a Eugenio por recordarme que en esta revista hay siempre un apartado dónde todos nosotros podemos aportar nuestro granito de arena.
El tema a tratar, es un tema que desde 2005 que empecé mi andadura por los foros de meteorología siempre ha estado presente. Como aficionados a la meteorología a todos o a la gran mayoría nos gusta seguir la evolución que va a tener el tiempo durante los próximos días, cada cual con sus gustos y preferencias como es normal. ¿Pero qué pasa cuando la meteorología se vuelve extrema? cuando digo extrema me refiero a una serie de fenómenos como inundaciones, sequías, olas de frío, olas de calor, tormentas severas, tornados, huracanes etc... Es en estos fenómenos dónde nuestra moralidad choca con nuestra afición y para mi juicio algunos sacan las cosas de contexto. Voy a poner el ejemplo de las supercélulas:

Para muchos de nosotros esta clase de tormentas es de los fenómenos más atractivos que nos podemos encontrar en nuestro clima, ya sea visualmente hablando o por las consecuencias severas de la misma. Pero hay otra parte de aficionados que este tipo de fenómenos tan extremos no son para nada bienvenidos y no ven con buenos ojos que otros deseemos este tipo de fenómenos. El problema en cuestión viene con las consecuencias de estos fenómenos severos que pasan desde las pérdidas materiales hasta las pérdidas humanas. ¿Pero debemos dejar de admirar estos fenómenos naturales por las consecuencias que acarrean? mi respuesta es clara y es no. Para mi hay que tener claro que hay que dividir ambas cosas, la meteorología extrema y las consecuencias de la misma. La meteorología extrema ha formado y formará parte siempre de la naturaleza misma, y no hay que olvidar que es el hombre el que se debe adaptar a la naturaleza y no la naturaleza al hombre. Particularmente yo disfruto y disfrutaré siempre de este tipo de fenómenos, ya que desde siempre me ha gustado ver a la naturaleza en plena acción. Puedo entender y entiendo que las personas que vivan y dependan del campo económicamente hablando no puedan desear nunca este tipo de fenómenos, pero vuelvo a repetir que no es cuestión de desear o no ya que estos fenómenos forman parte de la naturaleza misma.

Saludos.