miércoles, 29 de junio de 2016

La militancia no es sinónimo de votantes.

Si algo ha quedado claro después de estas elecciones, es que de poco sirve preguntar a la militancia el rumbo a tomar del partido, cuando la gran mayoría de los votantes no forman parte de esa y ninguna militancia.

La mayoría de los partidos políticos vuelven a caer en el error de etiquetar a la sociedad en unos bandos u otros. Lo cierto, es que los militantes de cada partido son una ínfima parte de los votantes en unas elecciones. Por lo que tiene poco sentido intentar captar la mayoría del voto, simplemente haciendo lo que indica la militancia de tu propio partido.

Partiendo de la base de que la militancia es el voto fijo para tu partido, lo normal de cara a unas elecciones es atraer el voto del no militante. Ese voto del no militante es el que algunos han despreciado y finalmente se ha hecho notar en las urnas.

El ejemplo más claro de todo esto lo encontramos en Unidos Podemos, en un contexto de misma participación o superior a la de 20D, ya que falta por sumar el voto por correo, la coalición pierde en pocos meses 1.062.704 de votantes.

Si nos remontamos un tiempo atrás, vemos que la militancia de IU y Podemos apoyaron esta coalición de forma muy clara. En IU votaron 20.000 militantes respecto a 920.000 de votantes y en Podemos votaron 140.000 militantes respecto a 5.200.000 de votantes. Por lo que si algo ha quedado claro después de estas elecciones es que la única consulta válida es la de las elecciones.

 La conclusión a todo esto, es que finalmente los que se apropiaron y desvirtuaron el movimiento del 15M vuelven a caer en errores del pasado y el sectarismo, por lo que la España de los bandos parece que no tendrá fin a corto y medio plazo.